En el año 2003 presenté los primeros síntomas de la enfermedad (Hidradenitis Supurativa), cuando tenía 20 años. Cuando estos aparecieron, realmente no sabía qué era lo que tenía, y mantuve ocultos los síntomas esperando que estos desaparecieran solos. Sin embargo, con el paso del tiempo, no hicieron otra cosa que empeorar. Luego de 11 años, y después de haber pasado por al menos diez médicos diferentes, di con el diagnóstico gracias a que vi un reportaje corto en televisión, y reconocí que los síntomas que describían allí se ajustaban perfectamente con lo que yo padecía.
Con ello, y con el tiempo, confirmé el diagnóstico con un dermatólogo especialista y, luego de múltiples tratamientos, cirugías, intentos y recaídas, he logrado controlar la enfermedad medianamente. Ha sido un camino largo y contorneado. Actualmente me encuentro imposibilitado de ejercer full time como químico farmacéutico, y he iniciado los trámites de pensión por invalidez a través del Seguro de Invalidez, con el objetivo de dedicarme exclusivamente a este maravilloso proyecto, y poder volcar todas mis energías, conocimientos y habilidades en lograr que, cuando me vaya de este mundo, haberlo dejado; aunque sea un poco, mejor que como lo encontré para otras personas.
Luego de crear la Fundación ChileHS, decidimos ampliar los esfuerzos para acompañar a pacientes que sufren otras enfermedades crónicas dermatológicas, con el objetivo de mostrar que la piel también se enferma. Así, y logrando visibilizar estas enfermedades ante las personas, tenemos puesta la esperanza en que muchas personas logren reconocerlas, consultar a tiempo a un especialista, diagnosticar temprano la enfermedad que padecen, y de esta manera iniciar un tratamiento adecuado y mejorar considerablemente su calidad de vida y pronóstico.
En el año 2003 presenté los primeros síntomas de la enfermedad (Hidradenitis Supurativa), cuando tenía 20 años. Cuando estos aparecieron, realmente no sabía qué era lo que tenía, y mantuve ocultos los síntomas esperando que estos desaparecieran solos. Sin embargo, con el paso del tiempo, no hicieron otra cosa que empeorar. Luego de 11 años, y después de haber pasado por al menos diez médicos diferentes, di con el diagnóstico gracias a que vi un reportaje corto en televisión, y reconocí que los síntomas que describían allí se ajustaban perfectamente con lo que yo padecía. Con ello, y con el tiempo, confirmé el diagnóstico con un dermatólogo especialista y, luego de múltiples tratamientos, cirugías, intentos y recaídas, he logrado controlar la enfermedad medianamente. Ha sido un camino largo y contorneado. Actualmente me encuentro imposibilitado de ejercer full time como químico farmacéutico, y he iniciado los trámites de pensión por invalidez a través del Seguro de Invalidez, con el objetivo de dedicarme exclusivamente a este maravilloso proyecto, y poder volcar todas mis energías, conocimientos y habilidades en lograr que, cuando me vaya de este mundo, haberlo dejado; aunque sea un poco, mejor que como lo encontré para otras personas.
Luego de crear la Fundación ChileHS, decidimos ampliar los esfuerzos para acompañar a pacientes que sufren otras enfermedades crónicas dermatológicas, con el objetivo de mostrar que la piel también se enferma. Así, y logrando visibilizar estas enfermedades ante las personas, tenemos puesta la esperanza en que muchas personas logren reconocerlas, consultar a tiempo a un especialista, diagnosticar temprano la enfermedad que padecen, y de esta manera iniciar un tratamiento adecuado y mejorar considerablemente su calidad de vida y pronóstico.
Somos Fundación Padece, la primera fundación en el país que acompaña a los pacientes, diagnosticados y que buscan diagnóstico, de enfermedades dermatológicas crónicas, de origen oncológico y no oncológico.
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Somos Fundación Padece, la primera fundación en el país que acompaña a los pacientes, diagnosticados y que buscan diagnóstico, de enfermedades dermatológicas crónicas inmunomediadas.
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